En KōAN siempre decimos:
No te pongas en la cara lo que no te pondrías en la boca.,
¿TE BEBERÍAS UN VASO DE LECHE CON LEJÍA POR LA MAÑANA?
Bueno, es evidente no?
Bien, pues vamos a pararnos a pensar lo que le damos a nuestro cuerpo a través de la piela ver si así empezamos a coger más consciencia de que el paso para cuidar y mejorar nuestro planeta es empezar por nosotr@s!
Bien pongo la mano en el fuego de que no te beberías un vaso de leche con lejía por la mañana ni por pasta!.
Pues tienes bien claro que la lejía es tóxica y si te la bebes, te vas directo al hospital. Pero, aún así, utilizamos sin ningún miramiento productos nocivos y tóxicos para nuestro cuerpo a través de la piel.
Quizás crees que por no entrar por la boca no te va a pasar nada... vale, no al momento, pero si tu piel va absorviendo poco a poco toxicidad, generarás desequilibrios que pueden hacerte acabar en el hospital mas adelante ya que finalmente acaban en nuestra sangre: el líquido que alimenta nuestras células!
El mundo en general usa tóxicos en casi todos los productos de uso domestico y cuidado personal.
Los productos de limpieza que usamos para sartenes, vasos y platos, donde luego vamos a poner la comida, los envases de plástico donde guardamos el Tupper de la comida que desprenden micropartículas que ingerimos, los insecticidas, pesticidas, y antibioticos que se usan tanto en agricultura como en ramadería para abastecer la gran demanda del mundo del Marketing y la comunicación al que estamos sometidos la sociedad actúal.
Y los productos de cuidado personal como los geles de ducha y el negocio de la cosmética y farma a nivel mundial. Donde se permiten determinadas sustancias tóxicas en dosis “controladas” que todavía nadie ha realizado el estudio de los posibles efectos de la suma de todas esas dosis juntas...
Parabenos, parafinas, ftalatos, formaldehido o polietilenglicol son habituales en la industria cosmética. Y es esencial prestar mucha atención a las etiquetas de los productos que usamos a diario para detectar este tipo de sustancias estamos introduciendo en nuestro organismo.
Quizá estamos, sin saberlo, envenenando poco a poco a nuestro cuerpo.
Ya se que todo esto parece muy catastrofista, pero al final, si te paras a pensar, está en tus manos cuidar de ti, y no va a ser ni más caro, ni más dificil, al contrario, a la larga notarás la diferencia en todos los aspectos, de salud, belleza y economía circular.
Una pastilla de jabón corporal, sin botella, cuesta entre 5 y 7€, si la cortas en 2 piezas, te dura practicamente 2 meses.
O el gel en polvo, ya sea corporal o gel de peinado, pues lo diluyes en agua y rellenas tu envase de cristal y dejas de generar resíduos.
Lo mismo te digo con los alimentos, que te cuesta ir al mercado en vez de ir al Supermercado. compras a granel y lo guardas en tus botes de cristal.
Y crear un desinfectante para la impieza del hogar no es tan complicado: por ejemplo, pon las pieles de mandarina en un tarro y cubrelas con vinegre de manzana y alcohol. 1/2 y 1/2.
Fácil eh!
Además al comprar en el mercado y en las tiendas de tu barrio, contribuyes al bienestar social. A tu bienestar. No al bienestar de las oligarquías.
¿Cómo afectan los tóxicos a nuestra piel?
La Piel lo absorve todo!
Sobretodo cuando está mojada, o después de hacer ejercicio, o cuando hace mucha calor y transpiramos más de lo habitual.
Por no hablar de las heridas o de una piel quemada, donde los tóxicos tienen vía directa con nuestro interior.
Así pues, si ya absorvemos a través de la respiración, suficientes tóxicos de la polución que actualmente existe en el planeta, no absorvas más tóxicos por otras vías.
Pásate a vernos por KōAN, tu club de belleza consciente en Barcelona.
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